¿Qué es el autoconcepto?
El
autoconcepto es un amplio espectro de actitudes y comportamientos que forman la
concepción que tenemos acerca de nosotros mismos, como una imagen total de cómo
somos como personas. Nuestro autoconcepto se basa en tres factores:
- La imagen que proyectamos en los demás: según como nos comportamos, cómo tratamos a la gente, etc.
- Los logros personales: ya sean académicos, deportivos o sociales.
- El nivel de integración en el grupo: en clase, en casa, con el grupo de amigos, etc. Esta integración se basa también en cómo nos relacionamos con el entorno y las cosas materiales que poseemos.
En
definitiva, el autoconcepto es un reflejo de cómo nos perciben los demás y de
cómo nos percibimos nosotros mismos.
¿Cómo trabajar el
autoconcepto para sentirnos bien con nosotros mismos?
Trabajar el autoconcepto puede
hacerse con pequeños ejercicios diarios que mejoren la manera en la que
pensamos sobre nosotros mismos. Estos ejercicios están enfocados a distintas
áreas:
- Conocerse. En primer lugar es importante fomentar el autoconocimiento y la auto observación. Es importante cuestionarnos cuáles son nuestros valores reales, intentando apartar en la manera de lo posible la influencia de los demás y de la sociedad. A su vez, es fundamental empezar a no pedir la opinión a los demás, intentar no compararnos e iniciar pequeños proyectos personales.
- Diálogo interno. En segundo lugar podemos evitar nuestro diálogo interno. En ocasiones nos inundan pensamientos negativos de una forma automática imposible de frenar. Por ello resulta útil tratar de sustituirlos por pensamientos constructivos que nos ayuden a seguir adelante y enfocar el futuro con optimismo.
- Objetivos. Es importante también acercarse a los objetivos propios, y pensar en cómo podemos lograrlos y mejorar.
- Obstáculos. Analizar los obstáculos que nos impiden llegar a nuestros objetivos es fundamental para avanzar. Estos obstáculos pueden ser relaciones tóxicas o emociones negativas, pero frecuentemente provienen de nosotros mismos. El perfeccionismo, la impaciencia, la tolerancia a la incertidumbre no ayudan a sentirse bien con uno mismo.
- Mejorar habilidades sociales. Por último, nuestra manera de relacionarnos con el entorno afecta a nuestro autoconcepto. Por ello las mejorar las habilidades sociales puede ser beneficioso. Esto nos ayuda a conocer y expresar nuestros propios sentimientos, así como conocer los de los demás, y a ser capaces de enfrentarnos y de decir no a los demás cuando sea necesario. La asertividad es una herramienta muy útil para expresar lo que pensamos respetando a los demás.
¿Cómo sé qué debería mejorar?
Cada
uno de estos ejercicios está enfocado a mejorar ciertos aspectos concretos de
nuestra autopercepción. Es importante conocer qué imagen tenemos de nosotros
mismos para trabajar las áreas más relevantes.
Un modo de saber el "punto
débil" de nuestro autoconcepto es con un ejercicio sencillo y eficaz. En
frente de un espejo podemos plantearnos preguntas, como por ejemplo: ¿Qué ves
en el espejo?, ¿Cómo es la persona que te mira desde el espejo?, ¿Qué cosas
buenas tiene esa persona?, ¿Qué cosas malas tiene quien te mira desde el
espejo? Es un ejercicio que resulta muy sencillo y que puede ayudarnos a ver
qué es lo que realmente pensamos de nuestra imagen. Al vernos reflejados en el
espejo sentimos que somos observadores externos de nosotros mismos. De esta
manera podremos identificar y trabajar los aspectos más relevantes.
Fuente:
http://psicopedia.org/185/que-es-el-autoconcepto-y-como-se-forma/