martes, 12 de septiembre de 2017

Impresiones sobre Japón



     Japón es un país que llama mucho la atención a los extranjeros. Esto es en parte porque al ser una isla y al haber permanecido hermética al exterior hasta hace 100 años ha conservado sus tradiciones y su modo peculiar de funcionar con respecto al resto del mundo. Al visitar el país nipón he sacado varias impresiones que creo merece la pena comentar.



  Lo primero que pensé al llegar a la capital es que los japoneses (o al menos los tokiotas) parecen dirigirse siempre con calma a su destino. Tranquilos a pesar de tener prisa, las bicis van por la acera pero despacio, nadie corre en el metro ni se salta un semáforo. Tal vez se deba al hecho de que puedes ir caminando entre rascacielos interminables y de repente aparecer en un bosque frondoso lleno de grillos y santuarios. Esto da paz y deja descansar del bullicio de una ciudad tan grande como Tokio (tiene más de 10 millones de habitantes, sin contar los miles de turistas que la visitan cada año). Eso si, no te pares sin previo aviso, sin duda serás arrollado al romper la armonía y el orden con el que marchan los japoneses.




    Todo el mundo se muestra amable. En los hoteles y apartamentos te dejan sus típicos paraguas transparentes para que lo utilices durante tu estancia si fuera necesario. Si visitas Tokio en verano lo vas a necesitar seguro. Además, si eres un turista parado con un mapa en medio de la ciudad varias personas se acercaran a ayudarte, e incluso se ofrecerán a acompañarte aunque tu destino este a media hora andando y esté diluviando. Este gesto es de agradecer, sobre todo porque en Japón muchas calles no tienen nombre, y los edificios no tienen número. Al parecer la manera de orientarse (que resulta confusa hasta para los propios japoneses) es teniendo como referencia los nombres de ciertos edificios más grandes o emblemáticos. Bueno, para ser sinceros, las calles más grandes sí que tienen nombre, pero estas no son suficientes para orientarse si buscas un piso o un local concretos. Hay que decir que a pesar de sus calles anónimas, en Japón son mucho de nombres. De hecho hicieron un concurso para ver como llamaban a sus emblemáticos trenes bala para así categorizarlos según su velocidad.

      Y es que los japoneses son muy ordenados. Parece que en un país con tantos habitantes concentrados en las grandes urbes es necesario tener ciertas normas fundamentales. A grandes rasgos las normas básicas de convivencia en Japón son varias:

  •  Ir por la izquierda y dejar pasar por la derecha. Incluso andando por la calle. Esta norma no se respeta siempre, bien porque la gran cantidad de gente invita a flexibilizar la norma, bien por la influencia de turistas despistados que tienden a mantener las costumbres que traen de casa (entre ellas andar por la derecha).


  • No tirar basura en sitios públicos. Casi no hay papeleras por la ciudad, y aún así no hay ni un resto de basura por la calle. Esto es porque los japoneses se llevan la basura a casa, donde la separan para el reciclaje. Su sistema de reciclaje es distinto al europeo y a veces resulta más complejo averiguar en qué cubo va el vaso del café para llevar del desayuno que resolver el sudoku de la última página del periódico de los domingos. El reciclaje se divide generalmente en tres o cuatro cubos: combustibles (basura que se puede quemar, creo que se refieren al papel y a plásticos manchados o sucios), latas, plásticos/ botellas (hay que tirar el tapón y la etiqueta en otro cubo) y por último otros restos. Ante la duda supongo que es mejor usar el de otros restos.




        
  •  No hablar por el móvil en el metro. De hecho en el metro casi nadie habla, aunque en parte puede deberse a que la mayoría de los pasajeros van solos. Además, Japón está lleno de carteles que prohíben andar mirando el móvil. Esta es una de las normas que no han conseguido que se respete, ya que es muy frecuente ver a transeúntes haciendo uso de su smartphone incluso cuando van en bicicleta. En una ciudad tan abarrotada como Tokio se producen un sin fin de choques y algunos accidentes. Esto supone un grave problema en el metro, donde el año pasado cayeron 32 personas a las vías por estar mirando el móvil mientras caminaban por el andén. Creo que es importante señalar cómo la adicción a las nuevas tecnologías es la criptonita de los japoneses, que siempre habían sido respetuosos con las normas hasta ahora.


  •  No fumar en la calle. En Japón se permite fumar en lugares designados para ello ubicados sobre todo en estaciones. En los restaurantes hay zona (o piso) de fumadores, y también se puede fumar en sus típicos locales de Pachinko y en las salas recreativas. Básicamente se permite fumar en todo en lo que puedas soltar dinero. Lo tienen bien pensado.




         
  • En los autobuses está terminantemente prohibido hablar con el conductor. Esta prohibición está pensada para evitar accidentes. Son muy poco flexibles con esta norma. Aunque el autobús esté totalmente parado y seas un turista perdido olvídate de hablar con el conductor, no te responderá. Merece la pena mencionar también que en los autobuses japoneses se entra por la puerta de atrás y se paga al salir, saliendo por la puerta delantera. Esto puede crear un poco de atasco al salir, sobre todo si no llevas el importe exacto del billete preparado.


  • Hacen cola para todo, para restaurantes, tiendas, locales de moda... Al ser rápidos y eficientes para todo las colas avanzan en poco tiempo, por lo que parece no importarles esperar. A la hora de comer la comida se elige y paga en una máquina. Nada más sentarte te traen tu plato caliente de udon y sopa miso. Los clientes comen y se van, en pocos lugares hay sobremesa. Están preparados para gente que va sola. No se sientan frente a frente, y si hay algún sitio dispuesto así suele tener una pequeña mampara que separa a los clientes para evitar el contacto ocular. Además, al entrar los camareros buscan sentarte en una mesa lo más alejada posible del resto de los clientes.

     Existen otras costumbres muy curiosas en Japón que no están tan orientadas a mantener el orden. Los japoneses pueden resultar bastante peculiares, al menos desde el punto de vista de un occidental:

  •     Se puede dormir en cualquier parte, y cuando digo en cualquier parte es en cualquier parte. El suelo del metro parece un sitio perfecto para dormir la mona después de una noche de fiesta. La entrada de un gimnasio o una mesa en un café también son sitios ideales para echar una cabezada. En Japón la siesta está a la orden del día. Y luego dicen de España...(la foto de la chica fue tomada un sábado por la mañana. La gente pasaba de largo asumiendo que se había quedado dormida tras una noche de fiesta)



        
  •  Tienen "fetiches" muy curiosos y aceptados a nivel social. Peinan muñecas, venden disfraces de colegiala para los hombres, van a maid café (cafés donde pagas a chicas vestidas de un modo un tanto infantil para que canten y jueguen a piedra-papel-tijera contigo) y sus animes y hentai rozan mucho el límite de lo legal en Europa. En general da la impresión de que todo este mundo está pensado para la población masculina, mientras que las mujeres participan de ello vistiéndose con un toque aniñado, llevando mucho colorete y pestañas postizas y con un especie de sonrisa permanente en los labios mientras hablan con una voz extrañamente aguda y aniñada. Basta con fijarse en las chicas conocidas como "idol" en el AKB48 café.







  •  Los japoneses hablan (a veces solos). Y si no hablan ellos siempre hay una máquina, coche o escalera mecánica que te habla. Hablan en las tiendas y restaurantes, para darte la bienvenida o para despedirte. Pero utilizan muchas palabras para decir simplemente "bienvenido". Para alguien que no entiende su idioma puede resultar ciertamente confuso, por lo que los turistas nos limitamos hacer una reverencia y decir "arigato" con la esperanza de que eso sea suficiente. Muchas veces siguen hablando aun así.

  • Los japoneses son muy espirituales, o al menos lo eran. Hasta hace 20 años la tradición estaba a la orden del día en los hogares japoneses. Ahora los jóvenes parecen alejarse poco a poco de esas tradiciones. Duermen en camas occidentales en lugar de futones, desayunan café en lugar de arroz y huevo crudo, usan baños occidentales y llevan yucatas para ir por la calle en verano (cuando realmente son una especie de túnica para usar al salir de la ducha los días que hace calor, no están pensadas para salir a la calle con ellas).

  •   Aún así mantienen sus tradiciones como el mountain shrine festival, una especie de procesión en la que llevan un santuario de templo en templo a ritmo de tambores y con mangueras echando agua para combatir la humedad y el calor de Japón en agosto. Y es que en verano hace mucho calor y humedad. Por eso llevan consigo pequeñas toallas que les ayudan a secar el sudor. Por supuesto venden toallas con motivos infantiles (Hello Kitty) y frikis (animes).

  •  Los japoneses son ingeniosos. Tienen todo tipo de inventos, algunos muy básicos y útiles, como el grifo-llena cisternas de sus inodoros, la línea amarilla para guiar a los ciegos que hay en prácticamente todas las calles, los parking en vertical, las perchas sujeta paraguas para bicicletas, los seguros antirrobo de bicicletas pequeños y fáciles de usar (es esa cosa negra que hay encima de la rueda, justo detrás del sillín)...
  





  •  Eso sí, a pesar de sus múltiples e ingeniosos inventos no parecen conocer el papel higiénico de doble capa. Puede que esto sea para ahorrar papel o para que se disuelva mejor. Sea como no sea es imposible encontrarlo.



  •  Los japoneses también son ingeniosos para los productos de belleza. Sus estándares difieren bastante de los europeos en ciertas cosas. Por ejemplo, se aclaran la piel y se agrandan los ojos. Para hacerlo recurren a cremas, maquillaje, pestañas postizas (hasta aquí todo normal) y a pegamento para los párpados. Parece extraño e incluso doloroso, pero en cualquier farmacia podrás encontrar este pegamento, que parece bastante eficaz. Además, las japonesas no se tiñen de rubio, en todo caso se tiñen de castaño claro o de algún color llamativo como verde o azul (aunque esto es más característico de los chicos y no es común en absoluto). Otros productos que llaman la atención son la tiras adhesivas que se colocan en los labios para no roncar, y los palillos ortopédicos que utilizan para elevar la nariz.








 Esas son las curiosidades más destacables de Japón (o por lo menos las que yo he podido apreciar en mi viaje allí). Hay muchas otras costumbres que llaman la atención, aunque son algo más secundarias. Algunas de estas son las siguientes:


  •  Les encanta el té frío. Y las bebidas con azúcar. Tienen máquinas expendedoras en todas las esquinas e incluso en medio del bosque (con la cara de Tommy Lee Jones).



  •  El anime está a la orden del día. Por ejemplo existe una ruta turística que hace un tour por las localizaciones que aparecen la popular película de anime de 2016 "Your Name". Además, aman cuatro cosas sobre todo lo demás: Hello Kitty, One Piece, Doraemon y Pokemon.







  

  • Les encantan las miniaturas. De cualquier cosa. Desde comida hasta Pokemon, es típico que hagan pequeñas maquetas y las tengan como elemento decorativo.

                                        


  • Tienen dulces, pero muy raros (a ojos de un occidental). La fruta es muy cara, les encantan los plátanos recubiertos de chocolate y la pasta de judías. ¡Ah! Y el té matcha (una forma autóctona de tomar té, que consiste en convertirlo en polvo para echarlo en el agua caliente). No hay dulce que se precie si no tiene una cobertura de té matcha.




  •  Se puede encontrar comida muy barata y todo esta delicioso. Udon, ramen, arroz con panceta o cerdo rebozado, bolitas de arroz, takoyaki, okonomiyaki y brochetas se pueden encontrar en cualquier parte (incluso en los bento o bandejas que hay en supermercados y en los 7eleven y similar). Son muy asequibles. El sushi o la carne son algo más caros, pero también resultan deliciosos.


  •  Hay muchos bichos y son enormes.


  •  Al pagar en tiendas te ofrecen primero los billetes y luego las monedas cuando te dan el cambio. Así lo puedes contabilizar mejor y tienes tiempo para guárdalo por separado en tu cartera. Además, colocan en una bolsa tu compra y te la ofrecen delicadamente, con el asa preparada para cogerla. Para facilitar aún más las compras en los supermercados existen unas mesas detrás de las cajas para colocar tranquilamente tu compra tras haber pagado, lo cual resulta muy útil.


  •  Los tatuajes están mal vistos y prohibidos en lugares públicos como playas. Venden incluso parches para taparlos. Esto es porque están asociados a los integrantes de las mafias, quienes son (casi) los únicos japoneses que llevan tatuajes, y tienen prohibida la entrada a muchos locales y hoteles (Foto de hotel que sí permite la entrada a gente con tatuajes).
  •  Los albergues tienen futones y literas con cortina. Eso da más privacidad y los hace más cómodos. Además en todos hay champú y gel de baño, aunque en algunos hay que pagar la toalla aparte. Los albergues modernos serían los hoteles cápsula, los cuales son muy cómodos, limpios y asequibles. Hacen que ir de mochilero sea fácil y agradable. Eso sí, el check-in en Japón es a partir de las 15,00 lo cual puede resultar un inconveniente si no te permiten dejar las maletas en el hotel antes de esa hora. Hay que tenerlo en cuenta. De todos modos hay taquillas por todas partes que pueden resultar muy útiles para dejar la maleta unas horas. Nos puede salir por unos 5 euros el día.

  • Les encantan los pantalones 3/4. Demasiado largos para el verano, demasiado cortos para el invierno. Aún así les encantan. Será para evitar ponerse morenos y que no les piquen los insectos. De hecho su pijama tradicional,  conocido como jinbei, es un pantalón 3/4. Además las chicas llevan medias anti rayos uva en verano para evitar a toda costa perder el tono blanco de su piel. Eso que no suelen nunca llevar ninguna prenda que deje ver las rodillas.
  • Participar en grupos de baile está a la orden del día. Se lo toman muy en serio. Hacen concursos y desfiles en los festivales y ensayan todo el año. Es fácil y divertido verlos entrenar en parques, y algunos grupos tienen hasta equipo profesional de entrenadores. Participan tanto hombres como mujeres. De hecho los hombres no parecen tener ningún problema en disfrazarse, vestirse de rosa o bailar.



     

  • Tienen cochecitos para perros. Y ¿habéis oído que hay cafés de gatos? Eso no es nada en comparación con los ¡cafés de búhos! En mi opinión es un poco exagerado, pero no deja de ser curioso.






  •  Son capitalistas a muerte (en esto se parecen a los americanos y europeos). Hasta sus templos están llenos de ofertas de amuletos religiosos que los turistas compran a modo de souvenir. Con esto quitan magia al lugar. Aunque es una forma de mantener los templos y santuarios, ya que la mayoría son gratuitos.

  • Tienen baños públicos en muchos sitios, lo cual es de agradecer. Hay baños al estilo occidental, que son los famosos baños con chorritos que te hablan (como no) y hacen ruido, y hay baños tradicionales japoneses. Estos son prácticamente un agujero en el suelo. No todos los baños son tan sofisticados como pensamos, podemos llevarnos una sorpresa. En los baños occidentales además exigen a los hombres usarlos sentados, hay ruido de riachuelo para crear ambiente e incluso hay un botón de ruido a secas para evitar que pueda escucharte tu vecino.







  • Utilizan Line en lugar de Whatsapp. Y su teclado está compuesto de 9 símbolos que al combinarse forman sus palabras en Kanji.
  •  Los fotomatones te maquillan. Al hacerte la foto la máquina automáticamente te pone colorete, te quita brillos y te agranda los ojos. Por si esto fuera poco, antes de imprimir las fotos te deja hacerlas photoshop. ¡Con razón salen tan bien los japoneses en las fotos!


  • Te hacen ponerte una bolsa en la cara al entrar en los probadores (al menos a las chicas). Esto es para evitar así que el maquillaje manche la ropa.


  •  En Japón al congreso se le llama dieta (kokkai). Al parecer es una palabra que viene del latín (no tiene nada que ver con el sushi)
  • Las gasolineras tienen los surtidores colgando del techo.

   Estas curiosidades además de otras más conocidas (conducen por la izquierda, no se deja propina en ningún sitio, saludan con una reverencia que indica respeto, hay vagones solo para mujeres en las horas punta del metro) son lo que hacen de Japón un país único.




   En resumen Japón es un continuo contraste entre lo ingenioso, lo espiritual y lo infantil. Viajar a un lugar tan distinto ayuda a recapacitar sobre su cultura y sobre nuestra propias costumbres y tradiciones. Somos muy distintos, pero en el fondo somos muy similares. Sin duda merece la pena llegar al otro lado del mundo y dejarse sorprender.


sábado, 29 de julio de 2017

3 factores de personalidad que nos hacen más fuertes


   Resiliencia es la habilidad para sobrellevar el estrés y ser capaz de afrontar con éxito situaciones difíciles. Entonces ¿Cómo podemos fomentar la resiliencia? Podemos hacerlos a través de la coherencia, la resistencia y la autoeficacia, que son otros tres factores protectores de la personalidad.

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1. El sentido de coherencia

   El sentido de coherencia es la capacidad de entender los sucesos adversos como desafíos que nos movilizan y orientan positivamente en la vida. Esto hace que la persona con sentido de coherencia actúen de acuerdo a sus valores, lo que genera una gran motivación en ellos. Es decir, estas personas eligen afrontar los retos integrándolos en su sistema de valores y haciéndolos propios. Por ejemplo, si mi jefe me manda hacer un informe sobre los resultados de la empresa este año, primero pienso la manera en qué me afecta este informe y cómo puede resultarme interesante hacerlo. Podría ser bueno para ayudarme a entender cómo funciona la empresa o para aprender si en un futuro quiero establecer mi propio negocio. De este modo sentiré más motivación y me centraré más en el resultado de la tarea que en el estrés que me puede generar hacerla. 

   Los sujetos con un alto sentido de coherencia consiguen manejar mejor el estrés al utilizar estrategias de afrontamiento más adaptativas y considerar que disponen o que pueden adquirir las competencias necesarias para resolver los problemas.

2. La resistencia

   Los individuos con personalidad resistente suelen ser personas de gran compromiso, control y orientados al reto. Las personalidades resistentes creen en lo que hacen y se comprometen con aquello que les importa. Esto les lleva a sentirse motivados por algo sin necesidad de ser compensados directamente por una tercera persona. Es decir, sienten pasión por aquello que hacen. Si decido hacer algo me esfuerzo en hacerlo lo mejor posible y llegando hasta el final, aunque sea una actividad que en un primer momento no me llamaba la atención. Por ejemplo, si mis amigos me invitan a jugar al tenis y nunca he jugado, me esfuerzo por aprender, preguntándoles cómo puedo jugar mejor, y comprometiéndome a jugar todo el partido. 

   Además las personalidades resistentes adoran los retos y consideran el cambio como algo consustancial a la vida. Gracias a esto comprenden los cambios no como fracasos sino como retos beneficiosos para su desarrollo individual, como una oportunidad para mejorar y seguir progresando en cualquier ámbito de la vida.

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3. La autoeficacia.
   Por último la autoeficacia nos hace más fuertes. La autoeficacia se forma gracias a los pensamientos que tiene una persona sobre sus habilidades y su capacidad para tratar con las diferentes situaciones que se presentan.

   La manera de lograr la autoeficacia y de sentirnos capaces de afrontar los retos diarios es a través de experiencias previas en las que hemos alcanzado nuestros objetivos y hemos superado los obstáculos del camino. Por ejemplo, si el mes pasado llegué a los objetivos de facturación que tenía en mi trabajo, este mes me sentiré capaz de lograrlos también. La autoeficacia a su vez se ve influida por los mensajes que nos mandan los demás. Si nuestros amigos y familiares creen en nuestra capacidad para hacer algo, por ejemplo para aprobar un examen importante, esto nos influirá positivamente en la manera que valoramos nuestra capacidad para aprobarlo. 

   De esta manera, las personas estarán más motivadas si perciben que sus acciones pueden ser eficaces, esto es si hay la convicción de que tienen habilidades personales que les permitan regular sus acciones. Así, una alta autoeficacia percibida se relaciona con pensamientos y aspiraciones positivas acerca de realizar la conducta con éxito, menor estrés, ansiedad y percepción de amenaza, junto con una adecuada planificación del curso de acción y anticipación de buenos resultados.

   En resumen,  la coherencia, la resistencia y la autoeficacia son conceptos importantes para la psicología y el desarrollo personal ya que refuerza la idea de que los seres humanos pueden fortalecerse y aprender a superar los obstáculos. En definitiva, estos factores protectores hacen que los individuos sean proactivos y que sientan más seguridad en sí mismos y en su modo de actuar. Para fortalecer nuestra personalidad es fundamental ver los obstáculos como retos, buscar actividades que nos motiven y confiar en nuestra capacidad para afrontar con las diferentes situaciones que se presentan. De este modo ganaremos seguridad y confianza en nosotros mismos.

miércoles, 12 de julio de 2017

¿Qué es la personalidad?

  La personalidad es un patrón permanente de comportamiento que se compone de nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestra manera de relacionarnos y nuestros impulsos.



¿Se hereda?

Se cree que la inteligencia se hereda en un 50%, es decir, un 50% de nuestra inteligencia se debe a nuestros genes, mientras que el otro 50% se debe a nuestras experiencias y a cómo nos educan. Nuestra personalidad por el contrario se hereda aproximadamente en un 40%. Es decir, se estima que nuestra personalidad es como es por causas genéticas en un 40%, mientras que el otro 60% se debe a cómo nos han criado y a lo que hemos vivido. Además, la personalidad tiene varios componentes y cada cual se hereda en mayor o menor medida. Se dice que la faceta de la personalidad que más influida está por los genes es la extroversión (se hereda en un 50%), mientras que la amabilidad sería la que menos (un 32% se debe a nuestros genes).

¿Qué tipos hay?

La personalidad se ha clasificado de múltiples maneras, y no se ha llegado a establecer una clasificación única. Esto demuestra lo diferentes que podemos llegar a ser las personas respecto a nuestro carácter. Si se ha llegado al consenso de ciertos componentes que están presentes en mayor o menor medida en todos nosotros. Estos serían los llamados Big 5: neuroticismo, extraversión, apertura a la experiencia, amabilidad y responsabilidad.


¿Hay personalidades mejores que otras?

A nivel social está extendida la creencia de que por ejemplo, las personalidad extrovertida es mejor que la introvertida. Nos imaginamos a las personas extrovertidas riendo con muchos amigos, y a las introvertidas tranquilas estando solas en casa. Sin embargo una persona extrovertida puede tener muchos amigos y aún así sentirse sola, y una persona introvertida puede tener pocos amigos pero sentirse muy acompañada y apoyada por ellos. Por eso lo importante no es cómo es nuestra personalidad, sino lo que hacemos con ella, y cómo la integramos en nuestro día a día.

Es decir, lo bueno de la personalidad es que no hay una mejor que otra. Todas las personalidades tienen características positivas y negativas dependiendo del contexto. Por ello es útil identificar nuestras características positivas y tratar de potenciarlas.

¿Cambia nuestra personalidad a lo largo del tiempo?

Una de las características de la personalidad es que se mantiene estable. No obstante los componentes de nuestra personalidad van variando en cantidad con el paso del tiempo. Por ejemplo con el paso del tiempo nos volvemos más amables y responsables, y cuando somos jóvenes nos mostramos más extrovertidos y abiertos a nuevas experiencias. 

Por ello, aunque la personalidad tenga ciertas características permanentes podemos tratar de potenciar aquellas que nos ayudan en nuestro día a día y disminuir aquellas que nos producen malestar.

sábado, 1 de julio de 2017

Dimensiones de la Personalidad

La personalidad se compone de diversos factores, cuya combinación hace que sea posible que cada uno de nosotros sea único en cuanto a nuestro carácter, nuestro modo de pensar y nuestro modo de sentir nuestras emociones.  Estos factores han sido ampliamente estudiados y finalmente la teoría que más apoyo parece tener es la de los 5 grandes (Big 5). En ella se considera que todos tenemos 5 componentes en nuestra personalidad, los cuales son neuroticismo, extraversión, apertura a la experiencia, amabilidad y responsabilidad. Vamos a verlos de uno en uno.

  • El neuroticismo es la tendencia a sentir ansiedad, tristeza u hostilidad. Está relacionada con comportamientos impulsivos y la tendencia a sentir emociones negativas.
  • La extraversión se refiere a la cantidad e intensidad de interacciones interpersonales que tenemos. Se basa en la cordialidad, la asertividad, la búsqueda de sensaciones y se asocia a sentir emociones positivas como felicidad y bienestar.
  • La apertura a la experiencia es la búsqueda y apreciación de las experiencias, el gusto por lo desconocido y su exploración.
  • La amabilidad indica una tendencia a buscar una mayor cualidad en las relaciones interpersonales. Se  basa en la empatía y la cooperación, y su concepto de sí mismo depende de su actitud social y la filosofía de vida.
  • La responsabilidad se refiere a nuestro grado de organización y persistencia. El control y la motivación de la conducta van dirigidos a las metas que queremos lograr.
Todos tenemos en mayor o menor medida estos factores de la personalidad, y es la diferencia en la cantidad de estos factores la que hace que seamos como somos.