domingo, 10 de abril de 2016

Resiliencia


¿Qué es la resiliencia?

Resiliencia es la habilidad para sobrellevar el estrés y ser capaz de afrontar con éxito situaciones difíciles. Se considera un tipo de fenómeno caracterizado por obtener buenos resultados a pesar de la presencia de graves amenazas para la adaptación o desarrollo de la persona. Por ello, la resiliencia implica dos factores: un evento negativo y una habilidad de adaptación. Los eventos negativos o factores de riesgo son obstáculos que impiden a la persona obtener un desarrollo social y personal óptimos.


La resiliencia es un fenómeno universal en el proceso de adaptación humano, que además suele darse de manera más frecuente de lo esperado. Por ejemplo, un divorcio, un despido, una ruptura son eventos estresantes que pueden mermar la salud emocional. Sin embargo, con el tiempo superamos cualquier obstáculo en mayor o menor medida. En la infancia el estrés puede manifestarse como problemas de salud o académicos. No obstante, la resiliencia ya está presente desde muy temprana edad, y la habilidad de los niños para desarrollar flexibilidad emocional ante situaciones traumáticas puede resultar sorprendente

 La resiliencia podría convertirse en una estrategia muy útil para afrontar los problemas diarios a los que todos tenemos que hacer frente a diario. Es por ello que la labor del psicólogo debería estar enfocada a desarrollar esta flexibilidad emocional que permite ver el mundo de un modo más positivo. Como dice el dicho "lo que no mata hace más fuerte". Es por ello que fomentar esta habilidad para salir fortalecidos ante las adversidades mejoraría nuestra experiencia emocional.

¿Cómo fomentar la resiliencia?

La razón por las que las unas personas desarrollan resiliencia y otras no depende de varios factores.  Se cree que la personalidad inherente del sujeto o el aprendizaje temprano en la infancia son factores muy influyentes en el desarrollo de emociones positivas a pesar de los obstáculos de la vida diaria. Respecto a la influencia de la personalidad, se ha visto que las personas resilientes se benefician las emociones positivas a la hora de enfrentarse a un momento estresante. Esto les ayuda a manejar la situación de un modo más constructivo, transformando el obstáculo en un reto. Sienten la necesidad de superar la adversidad y de salir fortalecidos de ella.


Esta forma de enfrentarse a los obstáculos se ve influida por la personalidad, pero también por el aprendizaje. Es por ello que todos podemos desarrollar esta habilidad con paciencia y entrenamiento. La clave reside en la emociones positivas. Las emociones positivas consiguen que la persona sea capaz de reevaluar la situación y de pensar en soluciones en lugar de lamentarse. Mientras que las emociones negativas nos encierran en un bucle, las emociones positivas nos permiten salir de él.

   Así, la receta para la  resiliencia sería la siguiente:

- Conseguir resultados positivos a pesar de los acontecimientos vitales adversos. Para ello se deben separar las emociones positivas de las negativas, "eligiendo" centrarse en las positivas (a pesar de que sea inevitable sentir las negativas). Las emociones son complejas, y entender que todas ellas tienen una parte positiva y otra negativa ayuda a ser más flexible ante situaciones difíciles.

- Adaptarse y recuperarse lo más rápido posible de los estresores ambientales. Para ello a veces es necesario considerar el problema desde un enfoque constructivo, aceptándolo o centrándose en encontrar soluciones posibles.

- Entender que las emociones son modificables y que tienen una función útil dependiendo del contexto en el que ocurran. Es por ello que un  cambiar la perspectiva del problema hace que cambie el contexto, y de este modo la emoción.

Fuente:

Fredrickson (2003) What Good Are Positive Emotions in Crises? J Pers Soc Psychol

Masten (2001) Ordinary Magic: Resilience Process in Development. American Psychogist

Rutter, Michael (1987) Psychosocial resilience and protective mechanisms. American Journal of Orthopsychiatry